2.6. Derechos de las personas privadas de libertad
Art. 25.2 de la Constitución Española
"Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados. El condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. En todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su personalidad".
El mandato constitucional establece que las penas de privación de libertad vayan dirigidas hacia la reinserción social. Por ello, todos los esfuerzos deben ir dirigidos a conseguir la rehabilitación de las personas presas. Se considera fundamental la colaboración entre las administraciones central y autonómica para aprovechar la máximo las posibilidades que ofrece la vigente normativa sobre la ejecución penal.
Se valora muy positivamente la apuesta del Departamento de Justicia y Administración Pública del Gobierno Vasco por los itinerarios de inserción sociolaboral, que pretenden dotar a la persona de herramientas para que la actuación del sistema penal ayude a mejorar su inserción en la sociedad o, en todo caso, al menos evite condicionar de forma negativa sus posibilidades de llevar una vida en libertad respetuosa con la Ley. En este sentido, resulta necesario mejorar la comunicación entre las administraciones y la amplia red de entidades de iniciativa social que trabajan en el campo penitenciario, aprovechando su experiencia y cualificación.
Es preciso que el diseño y seguimiento del programa sea individualizado y también no olvidar que el itinerario de inserción tiene lugar en un contexto penitenciario. Además, hay que insistir en la idea de coordinación interadministrativa, no sólo con la Administración central, sino también entre las distintas administraciones vascas.
Por otra parte, debemos reseñar que una de las grandes carencias del sistema penitenciario es la falta de una adecuada atención psiquiátrica, lo que se agrava por la alta incidencia de patologías duales entre las personas privadas de libertad.